Entre finales de septiembre y octubre, gran parte de Asia ofrece cielos limpios, follaje encendido y temperaturas amables, condiciones ideales para combinar ciudades históricas, santuarios en montaña y mercados callejeros sin los extremos de calor y humedad del verano ni los picos de afluencia de temporada alta invernal.
En esta selección conviven rutas con color otoñal, festivales gastronómicos y panorámicas que ganan dramatismo con la luz dorada, facilitando itinerarios mezclados de tren, senderismo suave y paseos a pie por barrios tradicionales.
1. Kioto 
La capital cultural japonesa se transforma cuando el rojo arce y el ginkgo pintan templos y jardines, con paseos memorables por Kiyomizu-dera, Tofuku-ji y el sendero del Filósofo al atardecer, cuando el follaje se enciende bajo faroles.
La logística en otoño es sencilla con líneas JR y metro, y conviene madrugar para entrar a recintos antes de grupos, reservando la tarde para barrios como Gion y mercados donde los puestos giran a sabores de estación.
2. Seúl y Seoraksan 
Seúl ofrece parques urbanos y palacios enmarcados por montes teñidos, y a pocas horas, el Parque Nacional Seoraksan despliega rutas señalizadas con vistas a picos y valles de colores, accesibles con teleférico para panorámicas sin gran exigencia física.
Entre cafeterías de barrio y mercados como Gwangjang, el clima seco y nítido favorece días largos, combinando cultura pop y tradición con fotografía de paisaje.
3. Taipéi y Alishan 
Taipéi suma templos, mercados nocturnos y termas, y la cordillera central en Alishan ofrece amaneceres sobre mares de nubes y bosques que viran de verde a dorado, conectados por trenes y buses que hacen sencillo encadenar ciudad y montaña.
Las temperaturas suaves permiten caminatas entre cedros gigantes y miradores con plataformas de madera, rematando el día con cocina taiwanesa de temporada en los night markets.
4. Hoi An y Da Nang 
En el centro de Vietnam, Hoi An combina arquitectura patrimonial y linternas con clima más benigno en la transición a otoño, mientras que las montañas de mármol y los pasos cercanos regalan encuadres aéreos y playas con menos afluencia.
Es una etapa perfecta para alquilar bici, recorrer arrozales y dedicar tardes a mercados junto al río, ajustando horarios a la luz dorada para fotografías en los puentes iluminados.
5. Bután 
Con valles altos, monasterios colgados y arrozales que cambian de color, Bután vive uno de sus mejores momentos climáticos en otoño, ideal para tramos del Druk Path y visitas al Nido del Tigre con cielos despejados.
La combinación de caminatas moderadas, festivales religiosos y lodges de montaña crea jornadas intensas y serenas a la vez, con logística regulada que preserva el entorno y ordena la experiencia.
Junior Marte