La información, adelantada por la agencia France Presse, ha sido confirmada por él mismo en un comunicado, en el que asegura que “ya no será víctima de un sistema de justicia amañado”.
Carlos Ghosn, ex CEO de Nissan-Renault había sido acusado de malversación financiera y estaba a la espera de ser juzgado en abril de 2020, se ha fugado de Japón y ha aterrizado en la noche del lunes en Beirut, capital de Líbano.
No se conocen los detalles acerca de cómo Ghosn, en libertad condicional bajo estrictas medidas de vigilancia, ha conseguido burlar la supervisión policial. Líbano, país de origen del empresario, de 65 años, no tiene una ley de extradición para sus ciudadanos.
El periódico libanés Al-Joumhouriya y la cadena pública japonesa NHK han informado de que Ghosn aterrizó en Beirut en un avión privado procedente de Turquía, aunque no se conocen aún detalles de la ruta que siguió para llegar a este país del oeste asiático.
Ricardo Karam, un conocido presentador de televisión y amigo personal del protagonista, también confirmó este extremo, asegurando que “ya está en casa”.
En la noche del lunes, la residencia familiar en la capital estaba protegida por un grupo de guardias de seguridad, y varias luces en su interior estaban encendidas. En Japón, el empresario se enfrentaba a un juicio que podría representar para él una larga condena en las cárceles niponas.
Ghosn, que ostenta la nacionalidad francesa, brasileña y libanesa, ha tenido duras palabras contra el sistema judicial japonés: “La culpabilidad se da por sentada, la discriminación es rampante y los derechos humanos más básicos son denegados […] No he escapado de la justica, he escapado de la injusticia y la persecución política”.
El texto añade que se dirigirá a la prensa, “con la que por fin podré comunicarme libremente”, la semana que viene. El gobierno de Japón, por su parte, todavía no han hecho comentarios al respecto.
Carlos Ghosn se hizo famoso como el artífice de la renovación de Nissan y de su alianza con la francesa Renault en 1999. El empresario fue detenido por primera vez el 19 de noviembre de 2018, acusado de fraude fiscal, por el que pasó 108 días en prisión provisional.
Ghosn estaba acusado de desviar fondos de la compañía para fines personales y ocultado durante años parte de su salario para eludir impuestos. Por medio de este entramado, el empresario brasileño se habría embolsado presuntamente hasta 9.200 millones de yenes, más de 70 millones de euros.
“Son actos que no pueden ser tolerados”, sentenció entonces su sucesor, Hiroto Saikawa, quien en septiembre de este año dimitió acusado de cargos similares, ahondando la crisis de liderazgo de la automotriz japonesa.
Ghosn, que siempre ha mantenido su inocencia e incluso difundió un vídeo en el que afirmaba que las acusaciones formaban parte de un complot orquestado por otros directivos de Nissan, permanecía en libertad condicional aunque sometido a una exhaustiva vigilancia.
El pasado 25 de abril un tribunal de Tokio le impuso condiciones como la entrega de su pasaporte, la prohibición para abandonar el país, la instalación de cámaras de vigilancia a la entrada de su residencia y la entrega periódica de las grabaciones a las autoridades.
Otra de las restricciones le impedía mantener contacto con su esposa Carol, a causa de su presunta involucración en el caso. Sus movimientos en Tokio, en fin, estaban restringidos: había cámaras frente a su domicilio y el único acceso a Internet lo tenía que hacer en las oficinas de sus abogados.
Pese a las acusaciones en su contra, Ghosn no ha dejado de ser considerado un héroe nacional en Líbano.
El empresario es un motivo de orgullo para sus compatriotas, muchos de los cuales esperaban precisamente que regresara a su país de origen para involucrarse en su política nacional. Ghosn nació en Brasil, adonde su abuelo paterno emigró en busca de fortuna, pero creció en Beirut.
Fuente: El Pais